sábado, 25 de julio de 2009

Post mercenario



Cada uno en esta vida tenemos nuestra escala de valores, nuestro precio.
Me ha costado llegar hasta aquí, una vez que lo he probado ya no puedo renunciar.

"I can resist everything except temptation" (Oscar Wilde)

El trato: un post describiendo un súper polvazo si no, me quedo sin sexo una temporada; es evidente que soy capaz de exprimir mis neuronas hasta que goteen.

Mi premio/precio: sexo, no hablo de cualquier sexo, no de cualquier polla propiedad de un individuo cualquiera, hablo de la mejor polla que he visto en mi vida al natural, (en realidad son las que cuentan y no puedo hablar de las que desconozco), al propietario hay que darle, al menos, un alto porcentaje del merito por el placer que te provoca.

Desde el primer instante cuando he escuchado la amenaza, el reto, he pensado: eres incapaz de explicar esto, no encontrarías las palabras para describirlo, pero el muy cabrón es capaz de decirlo en serio, con lo cual no solo no follo, sino que encima se follará a otra, yo podría hacer lo correspondiente también... Que eso pase de vez en cuando entra dentro de nuestra peculiar historia, es así, incluso podemos hablar sobre ello y encima me produce una sensación de complicidad, debo de ser una rarita de tres pares.

Siendo honesta conmigo misma, no quiero prescindir de semejante placer, tendré que aceptar el trato y buscar incluso en el último rincón las palabras precisas para intentar describirlo.

Desde nuestro primer polvo al último, no creo que haya habido dos iguales y han sido bastantes.

Hoy apareció por la puerta, tipo ejecutivo agresivo, cool, morboso.
Él lo sabe, con traje, corbata y esa sonrisa guarra en la cara, me pone.

Estaba especialmente sexy, moreno, muy fibrado, desnudo, sentado en el sofá, envuelto en un pequeño pareo que le marcaba ese tremendo rabo entre las piernas, relajándose con una cerveza y un porro después de unos intensos días de trabajo.
Me gusta cuando aparece por aquí unas horas y cuando se va me queda esa sensación de flojera, de relax, la casa en silencio, me siento bien, el cuerpo descompuesto.

Mientras charlábamos acabé tumbándome a su lado, mi cabeza encima de su muslo, a pocos centímetros de su polla, como si alguna especie de imán me atrajese hacia ella.

Relajados, se lo que va a pasar.

Pocos segundos tardaron mis ojos en ver asomar ese rosado, jugoso capullo por debajo del pareo, mis labios se acercaron hasta rodearlo, lo lamí con instinto goloso, la notaba crecer, ensancharse, palpitar dentro de mi garganta. Seguí en mi íntimo encuentro, en mi propio placer y el suyo.

Sucesión de imágenes me vienen a la mente.
Llegar al borde del precipicio, una vorágine de sensaciones,
Ritmo, cadencia, piel, vicio, un culo en pompa, unos ojos clavados en él.
Pasión, intensidad extrema, mantenida, las gotas de sudor resbalan por nuestros cuerpos, la luz de la tarde, una leve brisa nos acompaña.
La siento turgente, cálida, me llena.

Dejo que mi lengua se pierda por su piel de acero templado.

El espejo me devuelve una imagen de dos cuerpos impregnados de una pasión desbordada.
Me miro y me sonrío, nunca me siento tan atractiva como en estos instantes en que me vuelvo tan zorra, tan guarra como mis inexistentes prejuicios me lo permiten.

Recorre todos los puntos de placer de mi cuerpo, uno a uno, inagotable, y siento que no hay nada, absolutamente nada más salvaje, nada más sexy, nada más tierno, nada más erótico que este juego en el que nos fundimos hasta llegar al límite, donde nuestro deseo culmina en un líquido momento que nos envuelve en esos segundos de intima comunión.

Nunca imaginé este profundo sentimiento de placer en cada poro de mi piel, nunca, hasta que apareciste tú.

domingo, 19 de julio de 2009

Breve, intenso


Almuerzo en un japo, cervezas.
Hora de la siesta, un gintonic compartido, besos, caricias, DeSEo.

Tienes un culo precioso, ni muy grande, ni pequeño.
Tienes un culo para follarlo mil veces.
Me dejas que te lo folle?
Suave, lento, muy lento, duro, dentro, muy dentro.

...

lunes, 13 de julio de 2009

Noche mágica


Noche de verano, una fiesta al aire libre, una pequeña isla, música, calor, color, el buen rollo flota en el ambiente, cuerpos en movimiento, sonrisas que se contagian.
Unos ojos me miran mientras mi cuerpo se entrega al ritmo de la música, nos sonreímos entremedio de la gente.
No se como sucedió, al cabo de un rato nos reencontramos, fue como un flash, un simple roce, nos miramos a los ojos y nos besamos como si nuestras bocas ya se conociesen, fue un impulso, fue inevitable.
A partir de ese momento no nos separarnos, copas, risas, charlas, dos almas parecidas que se encuentran, lejos de su mundo y que por alguna extraña razón se atrapan la una a la otra, se dejan llevar por un deseo contenido que se abre paso a través de cada poro de la piel.
Nos alejamos de la fiesta comiéndonos la boca, acariciándonos, buscando ese rincón oscuro, acabamos en la parte trasera de su coche, su deseo y el mío, sorprendidos por tanta complicidad, tanta lujuria desatada, fue vicio, fue ternura.
Volvimos, reímos, bailamos, nos contábamos cosas de su vida y la mía, sabíamos que la noche era nuestra, sintiendo que quizás nunca más tendríamos otra oportunidad, se nos escapaba el tiempo.
Nuevamente nos perdimos en la noche, sus manos levantaban mi mini vestido, sabia que la gente podía vernos y no me importaba, totalmente emputecida, sus dedos entre mis piernas buscando mi sexo húmedo, palpitante, yo comiéndole el cuello mientras un espectacular orgasmo hacia que me convulsionase, de pie, ahí abrazada a él.
Hubo más, más caricias, más morbo, una mamada apoyados en un coche, besarla, comerla toda, una polla preciosa…

Nos unimos a su grupo, bailamos locamente hasta que salió el sol.
Nos despedimos con un beso, brillo en los ojos.
Me subí a mi moto y me fui, la brisa en el rostro, una sonrisa en los labios, el sol empezaba a calentar.
Hay noches en que la magia te impregna, se deposita en cada minuto, es como un sueño hasta que la luz del día te devuelve a la realidad.

sábado, 11 de julio de 2009

Me gusta el sexo


Me gusta el sexo.

Me gusta follar.

Me gusta más que antes, mucho más.

Me gusta su sexo, su estilo, solo el suyo o el que se le parezca.

Me gusta volverme loca entre sus piernas, suspirar entre posturas imposibles.

Me gusta porque es difícil y solo cuando es difícil me gusta, me atrae, me seduce, me domina y me sigue gustando.

Soy dura, respondona, provocadora, por eso me gusta tanto por que es más duro y más cabrón que yo misma, mucho más.

Le miro, le observo, tiene empaque, tiene morbo.

Si no existiese habría que inventarle.

Unos vienen y otros van, aparecen por cualquier parte, será el calor que les hace salir de sus agujeros.

Les miro, les escucho, juego, les puteo.

Aparezco, desaparezco y me sigo divirtiendo con este verano cálido, húmedo, espeso, acelerado, intenso.

Es mi escenario favorito, me siento más sensual que nunca, más mala que nunca.