martes, 28 de diciembre de 2010

Morbo


Desde que se cruzaron nuestras miradas en una fiesta, supe que le deseaba. 
Pensar en comerle la boca, en sentir su polla en mis labios me turbaba.
Coincidimos alguna otra vez, encuentros formales, y cada vez le encontraba más morbo, era una inevitable atracción.

Pasaron algunos meses.
Salimos una noche, tomamos una copas y charlamos, me pareció un tipo interesante, un gamberro inteligente, habíamos quedado en reunirnos con otra gente, de camino en el taxi nos besamos, besos guarros, con ansía, mordiéndonos, calentándonos, con muchas risas.
Terminamos con todo el grupo en un local bailando.
La música y el alcohol se unieron a la fiesta, no importaba donde el ritmo llevase mi cuerpo de alguna manera siempre terminaba cerca de él, nos fuimos besando y metiendo mano infinidad de veces, guarros, descarados.

Dolorosamente caliente.

Nos metimos en otro taxi y terminamos en su casa.
Tengo flashes del recorrido en el taxi, de cómo la lujuria se iba apoderando de nuestros cuerpos, intentando contenernos, intentándolo...

Una habitación grande, una cama grande al final de unas empinadas escaleras, todo un reto para mis altísimos tacones y el exceso de gin tonic.

Sonriente de pura lascivia, mi sexo mojado, imágenes de su enorme polla en mi boca, de mi espalda curvándose al ritmo de sus embestidas, de mis manos oprimiendo sus huevos con fuerza, sus ojos cerrados, sus gemidos de placer, el deseo palpitando pum pum

Un polvo guarro, deliciosamente cerdo.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Recuerdo

Una tarde en la playa, desnudos. Agua fresca y cristalina.

Le observo, rozo su piel, me come las entrañas el infinito deseo,  me gusta empaparme de la necesidad de sentir sus manos recorrer mi piel.
 
Cae la noche y la lujuria nos arrastra a ese espacio donde se unen nuestro morbo, nuestra pulsión.
Una piscina, muchos sofás color negro, paredes negras, porno en una pantalla gigante.
Es fuerza controlada, es sexo puro.
Es deseo, es exhibición, es divertido, es loco, es intenso.


Me rompe de placer, sabe lo que me gusta, sabe como, cuando y donde tocarme, me abandono en ese momento para solo sentir sus dedos  invadiendo mi sexo, arrancándome el gusto, con todas sus fuerzas, todas sus ganas.
Mi sexo hecho agua, derritiéndose, convulsionándome, un río de placer.
Es en ese instante en el que me siento suya, en que mi coño se entrega a su poder, en que mis labios no pueden articular más que un intenso gemido.    
Desde lo más profundo me sube un torrente de sensaciones, se convierten en un imparable grito ahogado por una almohada, me agarro a ella, la muerdo, suspiro, me pierdo invadida por un orgasmo sin límite, que explota, que me arrastra, que me lleva a ese lugar donde desaparece la consciencia y eres solo un cuerpo entregado a la lubricidad, al placer.
Recuerdo incredulidad, no haber sentido jamás nada igual, nada minimamente parecido.

Recuerdo comer su polla hasta desfallecer, besarla, lamerla, tragarla, me gusta su polla y lo sabe, le siento gozar, temblar, siento su respiración agitada.
Recuerdo morder esos pezones guarros, disfrutar con ese culo vicioso, mirándole con carita de zorra mientras le como lento, sucio, con infinitas ganas.

Recuerdo la sensación de dureza y suavidad al mismo tiempo dentro de mí, cabalgándome con fuerza, con esa forma salvaje que me seduce.
Su orgasmo caliente, como una descarga, su leche derramándose en mi cálida piel.

Solo su placer y el mío, fundidos, exhaustos.
 



viernes, 10 de diciembre de 2010

Cargador vacio

(POST - REGALO de un amigo)

El cargador ya está vacío,
de la Walther noventa y nueve,
tras disparar una a una las balas,
relámpagos de combate arriesgado.

La espía se ha acercado intrépida,
una vez más al peligro,
tendiéndole el trapo rojo,
a un astado matador.

Ha cabalgado a la bestia,
con fiereza ininterrumpida,
descargando uno tras otro,
orgasmos blancos teñidos de sangre.

Herida ahora pero no muerta,
descansa en su madriguera de hielo,
pensando en el azar de una lucha,
que aunque la pudo aniquilar,
repetiría un millón de veces.

Ella es la mujer amante del caos,
comedora de incertidumbres,
malvada amante de malvados,
hija de puta encariñada,
de los hijos de puta más grandes.

¡Saludos para ti, perversa espía!
Reposa mientras recuperas,
las fuerzas dilapidadas,
porque pronto llenarás de nuevo,
de balas tu cargador.

Y continuarás el juego,
que da sentido a tu existencia,
llenándola de gozo y dolor,
haciéndola de verdad...
¡VIDA, VIDA, VIDA!.

¡¡Saludos para ti, perversa espía!!

Gracias ADORADOR DE AFRODITA

jueves, 9 de diciembre de 2010

Ahora


Despiértame de este letargo
Arráncame una sonrisa
Bucea en mi alma
Sumérgete en mi piel y encuentra el deseo
Acaríciame el cabello
Bésame en la nuca
Suave, cálido, lento
Sigue..
No pares