lunes, 25 de abril de 2011

Ansiosos



La noche fue larga, la espera interminable, valió la pena por esos besos robados, las miradas lujuriosas, el ansía por tocarnos.
Observarle a traves de la gente que nos rodeaba me ponía cachonda perdida, notaba el calor entre mis piernas, su sonrisa de niño malo despertando mis instintos más perversos.

Llegamos a casa a la luz del día, entramos en el ascensor comiéndonos a besos, tocándonos, recorrimos el pasillo arrancándonos la ropa, caímos en la cama desnudos, acelerados, calientes, sin más preámbulos sentí su polla penetrándome, no necesitaba nada más. Hoy no quería sus boca en mi coño, su lengua haciéndome retorcer de placer, sus labios rozando mi clítoris suave, lento, mojándolo, empapándolo de vicio.
Hoy le quería así duro, salvaje, cabalgándome.
Se ha puesto encima de mi, sus piernas abiertas, su polla en mi boca y la he tragado, podía verle vibrar, tenso, mientras mi boca la iba chupando, lamiendo, golosa, cerda.

Me he puesto encima de él y le he cabalgado, subía, bajaba, mi culo se contraía y se abría cuando el lo acariciaba con sus manos, me desato cuando sus dedos resbalan por mi agujero y me invade un orgasmo profundo, mientras él besa, muerde, agarra mis tetas con las manos, el placer recorre cada milímetro de mi cuerpo, convulsiono, me estremezco, cierro los ojos, siento como si explosionase un volcán dentro de mi saliendo por mi boca un grito ahogado, contenido.

Lentamente mis caderas van disminuyendo la cadencia, respiro profundo, recupero el aliento, mi cabeza se echa hacia atrás mientras sonrío, desmadejada me dejo llevar y el se pone detrás de mi me folla a cuatro patas, siento crujir nuestros cuerpos, empujo y siento sus huevos chocar contra mis piernas, me fascina esa forma de acoplarnos salvajemente, me acaricia el culo con sus manos, lo amasa, y noto sus dedos mojados acariciando mi ano
Le pregunto, vas a follármelo?
Si
Entra despacio, mi culo en pompa, mi coño se hace gelatina, me penetra el culo que se abre a su verga y empujo sintiendo toda su fuerza apoderarse de mi. Entra, sale, fuerte, rotundo, y su orgasmo se funde con mi placer, le he oído rugir, temblar de gusto, y se me ha llenado el alma de un sentimiento muy dulce.

Terminamos extenuados, abrazados, nos dormimos.