viernes, 20 de febrero de 2009
Sábado loco
En moto al centro de la ciudad, un par de compras. Una de ellas un corsé, de lujo, sexy total.
Es en esa tienda dónde veo un flyer de una fiesta bondage, esta misma noche de San Valentín mmm que curiosidad, no puedo dejar de pensar en ello todo el día.
Gimnasio con una amiga, machaque al cuerpo, con jacuzzi y baño de vapor como colofón, 3 horas en total.
De vuelta a casa, suelto la bolsa, como algo, me cambio de ropa y al cine con dos amigas. The Reader, versión original, vaya! esperaba algo diferente, una vez más un tema recurrente.
Después del cine copa de vino en un bar pequeño y selecto.
A casa de nuevo, cambio de ropa otra vez para ir a una cena.
Comida mexicana en casa de amigos, somos 12, cervezas, vino, cava, copas.. Informo gente me voy a una fiesta bondage !! Locura colectiva cuenta, cuenta!!
Les enseño el flyer, hacemos unas risas, enseño foto de mi corsé nuevo.. me voy volando, les dejo muertos de envidia y con la promesa de contarles todo lo que pase al detalle.
Otra vez en casa, 4º cambio de vestuario en un día, corsé (como ponerse sola un corsé y no morir en el intento!) pantalón negro, botines negros de tacón, chupa de cuero que hace mucho frío.
Llego a la fiesta, el local está en el culo del mundo, pero mi curiosidad y obstinación no tiene límite.
Todo oscuro, gente vestida de negro, cuero, vinilo, mucho corsé, ligueros y collares bondage, me pido una copa.
Me instalo cerca de una especie de jaula con una barra en medio a la cual un tipo está atando a una rubia cuyo cuerpo medio desnudo esta cubierto de cuerdas y nudos, juega con las cuerdas y con una fusta, sugerente.
Se me acerca un hombre, viste de negro con corbata y lleva un bastón con pomo cabeza de caballo de plata. Agradable y simpático demonio. Al rato me presenta a su mujer que anda por allí, una mistress morena y tatuada, también a la parejita del numerito bondage, amo y sumisa, auténticos ellos, a otro amigo vestido de negro, con mascara de látex y mordaza, encima una mascara blanca, acompañado de todo tipo de cuerdas y un par de fustas.
El amigo de la mascara se ofrece a atarme, primero una muñeca, con mucha habilidad procede y desaparece, entretanto tengo a un sumiso caballero sujetando mi chupa y controlando que todo va bien.
He venido a mirar, con talante lúdico y de repente me encuentro rodeada de los más locos de la fiesta... vuelve el amigo y termina de atarme la otra mano, la cintura, pasa la cuerda por la pierna, mi pecho.. me habla al oído, me tranquiliza, me traen otra cerveza.
Alrededor la fiesta va discurriendo, la gente se divierte, entra y sale de la jaula, se cuelgan de los grilletes sujetos a la pared, se contonean en la barra.
Flashes y más flashes.
Me dicen al oído, quieres unos azotes? oh sí! cambiamos de escenario, me llevan a otro lado del local bajo un foco y con las manos apoyadas en la pared llega el momento de los azotes con una fusta, el amo me ofrece a su esclava a modo de almohada y la coloca entre la pared y yo, el amigo se emplea a fondo con la fusta, duele, me sonrio, me sorprendo a mi misma de las extrañas situaciones en las que me sumerjo, de mi exhibicionismo, no cambiare nunca.
Finalmente me liberan de tanta cuerda.
Me invitan al office del bar, risas con algunos de los más auténticos del local. Me ofrecen algo para esnifar, lo desestimo.
Divertida fiesta, gente encantadora, proposiciones varias, morbo? no, en un escenario privado seria diferente (lo es, ahora lo se, pero eso es otra historia) no quiero tentar a mi suerte, son más peligrosos de lo que aparentan, me despido fugazmente y desaparezco cual cenicienta rumbo a mi cama.
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3 comentarios:
Un sábado loco sí, el placer de satisfacer la curiosidad no es nada despreciable no crees?
Besiños
osada..,muy osada...
besos,leti
El ritmo trepidante del relato me sugiere una mezcla de la esencia de la ciudad de Barcelona, la serie "Sexo en N.Y." y el largometraje "American psycho", cuya novela homónima y en la que está basado tengo aún pendiente, muy a mi pesar.
Besitos,
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